jueves, 21 de abril de 2016

Alternativas para erradicar la pobreza en guatemala
Lo que más se criticó a los programas sociales del Gobierno anterior fue el uso clientelar de los recursos y la corrupción en muchos de ellos que no permitió que la ayuda llegara a quien se debía y que los mismos no estaban estructurados para pasar de ser un paliativo a programas sostenibles con metas claras y medibles. Ahora la ejecución de los programas sociales tienen los mismos problemas pese a la creación de Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) y están llegando a menos gente necesitada. Si la corrupción en todos los casos es delito de lesa patria en un país con los niveles de pobreza y las necesidades que tiene el nuestro, cuánto más grave resulta que se traten de utilizar los programas sociales, diseñados para asistir a los más pobres, como instrumento político o como instrumento para la corrupción. Es absolutamente intolerable que se lucre con la miseria de nuestra gente y así como no se puede ni se debiera tolerar que roben con las medicinas, tampoco debiera permitirse ningún trinquete que tenga que ver con el dinero destinado a socorrer a las familias en mayor estado de necesidad. Mientras siga existiendo esa falta de transparencia, jamás podremos combatir la pobreza porque nunca existirá presupuesto suficiente para poder invertir en las necesidades que tenemos en materia de desnutrición, salud, educación, entre otros. La corrupción, que facilitad el dinero “fácil” hace que nuestros políticos no se preocupen de sentar las bases para generar polos de desarrollo que den alguna posibilidad a la gente de romper el círculo generacional de la pobreza. Nuestros migrantes son la prueba viviente de lo poco que hacemos en el país por esos millones de personas que ante la falta de oportunidades, se van a los Estados Unidos a buscar una forma honrada de ganarse la vida, contribuir a su familia y de paso mantener a flote la economía nacional. Nada se ha hecho para que las oportunidades que a gritos piden nuestros migrante se generen aquí en su tierra. Que voluntad es vital para poder enfrentar la pobreza por- que en la medida que nuestras autoridades del sector justicia manden un mensaje fuerte y claro que la corrupción que merma los recursos para entrarle a las necesidades de la gente, no será tolerada y los responsables serán perseguidos para que paguen por sus actos, entonces podremos  pensar en una correcta asignación de los recursos para enfrentar los componentes.  Es importante decir que el crecimiento de la economía de un país no implica que los niveles de pobreza de ese país se vayan a reducir. Este es un mito que parece haberse extendido eficazmente en la mentalidad de muchos guatemaltecos, especialmente la clase media urbana, y que los hace bastante proclives a aceptar sin mayor cuestionamiento el discurso del empresariado tradicional. Tal mito se fundamenta en la tradicional “teoría de derrame” que dice que si la riqueza aumenta en las clases económicas superiores, tal riqueza se derramará, llegando a todos los estratos de la sociedad y aumentado la calidad de vida de todos. Esto no puede estar más alejado de la realidad, la cual nos ha enseñado que si la riqueza aumenta, ésta no necesariamente se derrama, sino más bien, se acumula en la élite económica mientras los demás apenas reciben gotas de esa riqueza, si es que algo. Por eso, cuando veo al empresariado tradicional guatemalteco hablar sobre la necesidad de

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