Alternativas para erradicar
la pobreza en guatemala
Lo que más se criticó a los programas sociales del
Gobierno anterior fue el uso clientelar de los recursos y la corrupción en
muchos de ellos que no permitió que la ayuda llegara a quien se debía y que los
mismos no estaban estructurados para pasar de ser un paliativo a programas
sostenibles con metas claras y medibles. Ahora la ejecución de los programas
sociales tienen los mismos problemas pese a la creación de Ministerio de
Desarrollo Social (MIDES) y están llegando a menos gente necesitada. Si la
corrupción en todos los casos es delito de lesa patria en un país con los
niveles de pobreza y las necesidades que tiene el nuestro, cuánto más grave
resulta que se traten de utilizar los programas sociales, diseñados para
asistir a los más pobres, como instrumento político o como instrumento para la
corrupción. Es absolutamente intolerable que se lucre con la miseria de nuestra
gente y así como no se puede ni se debiera tolerar que roben con las medicinas,
tampoco debiera permitirse ningún trinquete que tenga que ver con el dinero
destinado a socorrer a las familias en mayor estado de necesidad. Mientras siga
existiendo esa falta de transparencia, jamás podremos combatir la pobreza
porque nunca existirá presupuesto suficiente para poder invertir en las
necesidades que tenemos en materia de desnutrición, salud, educación, entre
otros. La corrupción, que facilitad el dinero “fácil” hace que nuestros
políticos no se preocupen de sentar las bases para generar polos de desarrollo
que den alguna posibilidad a la gente de romper el círculo generacional de la
pobreza. Nuestros migrantes son la prueba viviente de lo poco que hacemos en el
país por esos millones de personas que ante la falta de oportunidades, se van a
los Estados Unidos a buscar una forma honrada de ganarse la vida, contribuir a
su familia y de paso mantener a flote la economía nacional. Nada se ha hecho
para que las oportunidades que a gritos piden nuestros migrante se generen aquí
en su tierra. Que voluntad es vital para poder enfrentar la pobreza por- que en
la medida que nuestras autoridades del sector justicia manden un mensaje fuerte
y claro que la corrupción que merma los recursos para entrarle a las
necesidades de la gente, no será tolerada y los responsables serán perseguidos
para que paguen por sus actos, entonces podremos pensar en una correcta asignación de los
recursos para enfrentar los componentes. Es importante decir que el crecimiento de la
economía de un país no implica que los niveles de pobreza de ese país se vayan
a reducir. Este es un mito que parece haberse extendido eficazmente en la
mentalidad de muchos guatemaltecos, especialmente la clase media urbana, y que
los hace bastante proclives a aceptar sin mayor cuestionamiento el discurso del
empresariado tradicional. Tal mito se fundamenta en la tradicional “teoría de
derrame” que dice que si la riqueza aumenta en las clases económicas
superiores, tal riqueza se derramará, llegando a todos los estratos de la
sociedad y aumentado la calidad de vida de todos. Esto no puede estar más
alejado de la realidad, la cual nos ha enseñado que si la riqueza aumenta, ésta
no necesariamente se derrama, sino más bien, se acumula en la élite económica
mientras los demás apenas reciben gotas de esa riqueza, si es que algo. Por
eso, cuando veo al empresariado tradicional guatemalteco hablar sobre la
necesidad de
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